El rebufo existe, no solo en las carreras, sino también en lo concerniente a las relaciones personales con los demás. Aunque ya se ha convertido en un tópico, lo que tú crees, creas. Esta realidad ya está asumida por la psicología y el coaching. En este artículo te explicamos cómo puedes lograrlo.
Hasta cierto punto, es irrelevante si hemos llegado a esta situación de motu propio o ha habido una circunstancia que ha sido la causante. Sí es verdad que, a partir de un determinado punto, tendemos a atraer aquello que sentimos o vibramos, a veces de forma peculiar. Esto se puede aplicar a todos los ámbitos de la vida: amistades, trabajo y, por supuesto, en las relaciones de pareja. Muchas veces, una persona que se encuentra bien empieza a atraer cosas positivas y viceversa.
Por ejemplo, una persona que esté deprimida tenderá a coincidir con gente de condición similar o que, en cualquier caso, tenga un problema grave. Os retroalimentáis, pero este tipo de relaciones acaban muy mal. Llegará un punto en que la persona no estará conforme con la otra, hará demandas irreales, discutirá con virulencia o, simplemente, cortará de un día para otro. La regla de afinidad se cumple para estos casos.
Por contra, una persona que se sienta bien y sea optimista y asertiva, tenderá a coincidir con gente que esté en las mismas condiciones. Lo que en otros casos podía ser un círculo vicioso, se convierte aquí en un círculo virtuoso. Emanas alegría y emociones positivas; en consecuencia, se acercará gente que emane algo parecido y, si se te acerca gente negativa, no permitirás que te coma la energía y se alejará. Cuando estás en esta situación, todo resulta más fácil.
Si bien mucha gente llega a esta conclusión a través de la experiencia vital, hay otra tanta que no es consciente de esta circunstancia hasta que llega a la madurez (y a veces, ni eso). Esta es una de las cosas que no te enseñan en la escuela y que los padres suelen indicar, pero cuando no tenemos la suficiente madurez mental para entenderlo.
Como me dice un amigo, tú en la lotería de la vida puedes tener mala suerte, pero hay gente que compra muchos boletos y, seguro, le va a tocar. Al fin y al cabo, evitar que no te toque esa lotería es, en gran medida, tu responsabilidad. Además, vamos a ser prácticos. Imaginar que de ti no dependen los cambios que implementas en la vida no es una actitud muy útil porque te vas a sentir como un barco a la deriva cuando te pasa algo malo. En cambio, si eres consciente de que tú puedes hacer mucho por cambiar tu situación, probablemente lo acabes haciendo.
En Emocodificación y Sanación Genética priorizamos la sanación de las situaciones que te llevan a desvalorizarte y, en consecuencia, a tener una baja vibración. Sabemos que es posible hacer el cambio y que, con la toma de consciencia y las herramientas con que contamos, lo puedes lograr.