Evidentemente, para afrontar determinadas situaciones en la vida necesitamos conocimiento, pero, sobre todo, fuerza de voluntad. Lo cierto es que ejercitar esta capacidad puede ayudarnos a alcanzar metas que, de otra forma, no imaginaríamos.
Para tener fuerza de voluntad, existen determinados hábitos que debemos cultivar. La vida saludable es uno de ellos porque, si nos sentimos bien, será más fácil disciplinarse. Ahora bien, ¿por qué es tan importante la fuerza de voluntad? Podemos destacar dos razones:
- Si sostenemos algo en el tiempo, es más fácil lograrlo que si nos rendimos a las primeras de cambio. A veces, no percibimos los cambios y eso nos resulta desolador. Este es uno de los motivos por el que es útil.
- Una persona con fuerza de voluntad es una persona que afronta un reto de forma positiva y, como ya se ha encargado de demostrar la física cuántica, esto favorece que se alcancen los objetivos.
Por lo tanto, es mejor tener fuerza de voluntad que no tenerla. Esta habilidad, bien direccionada, es poderosísima porque te permite generar tu propia realidad y conseguir aquello que deseas. Eso sí, la premisa indiscutible para que sea útil es que esa capacidad se enfoque a objetivos que puedes cumplir, a corto o a largo plazo.
Ahora bien, es importante considerar una cuestión: la base tiene que ser real. Pocas experiencias hay más frustrantes (e inútiles) que perseguir una meta para la que, objetivamente, no estábamos preparados. Si bien es cierto que en la vida tendremos oportunidades de aprender nuevas habilidades, no hay fiarlo todo al imaginario.
Por ejemplo, si yo quiero ser médico, es obvio que he de estudiar. Bien, la fuerza de voluntad consiste en el tiempo que he de emplear para asimilar los conocimientos y, posteriormente, presentarme al examen que me permitirá ejercer. Ahora bien, por mucha voluntad que yo ponga, si no me gusta la medicina y me provoca aversión, es muy difícil que obtenga la titulación. Lo más probable es que deje los estudios a medias y que me sienta frustrado por no haberlos terminado y no rentabilizar el tiempo que invertí.
Las personas que no tienen clara la correlación necesaria entre lo que es constancia y la búsqueda obstinada e irreal de un determinado objetivo suelen frustrarse. Además, malgastan energía que, si supiesen administrar correctamente, les sería tremendamente útil para lograr todo lo que se propusieran. En la mayoría de las ocasiones, hay un problema de autoestima o valoración realista y se busca compensar en proyectos que, a corto plazo, no son viables. Evitar la retroalimentación es fundamental y, por eso, aconsejamos que, si estás en una situación en la que se reproducen los fracasos por perspectivas irreales, quizás te convenga pedir ayuda.
En Emocodificación y Sanación Genética te ayudamos a que te fijes metas con criterios realistas y a que sanes aquellos elementos que te impiden ser feliz. Te animamos a que contactes con nosotros si tienes dudas sobre cómo direccionar una cuestión. bvc