Las personas tenemos un ego necesario para proyectarnos ante el mundo y poder defender nuestros criterios. Sin embargo, ¿cuándo se presenta el ego como problema? Esta entrada te va a proporcionar más detalles.
El ego como problema: situaciones en las que implica complicaciones
Las personas con un ego mal aspectado tienen varios problemas, y eso no ha de extrañar. Como seres humanos, somos únicos e irrepetibles, pero eso no significa que dejemos de ser seres sociales. Por lo tanto, encontrar el equilibrio entre el ego y la comunidad, de una forma saludable, se hace necesario. Aquí indicamos algunos casos en el que el ego es un problema:
Cuando el ego impide escuchar
El ego puede hacer que nos impida escuchar a los demás, y es conveniente tenerlo presente. Cuando no somos capaces de escuchar a los demás (y digo escuchar, no oír), va a ser muy difícil que empaticemos con los demás. Esto, al final, suele ser complicado para las relaciones con las demás personas y nos puede traer problemas. Al final, la asertividad verdadera tiene que partir, también, de una escucha activa, real y empática.
Cuando el ego es sinónimo de irritabilidad persistente
El ego como sinónimo de irritabilidad está, también, asociado a la cualidad de la asertividad. Y lo cierto es que la asertividad, como tal, no es un problema y, de hecho, es recomendable. El problema de una asertividad sin control es que puede suceder que los momentos de rabia se generen de forma inadecuada y ante la persona inadecuada. O, dicho de otra manera, no hay que cargar en los demás la frustración propia.
Cuando el ego nos impide tratar a las personas de igual a igual
La autoestima es buena… siempre que esto no genere una distancia innecesaria con otras personas. Conviene señalar que la vida nos hace confrontar con situaciones más o menos difíciles, y salir victorioso es una ventaja. Ahora bien, el problema se presenta cuando no somos capaces de gestionar correctamente nuestras interacciones. Si por saber más o por tener más habilidades no somos capaces de tratar de igual a igual a los demás en lo personal, tenemos un problema de ego mal aspectado.
Cuando te preocupa más parecer que ser
El ego nos trae, consigo, una autoimagen o autorrepresentación. Y, evidentemente, lo que vamos a querer es que sea coherente con lo que pensamos. Ahora bien, si llevamos esta cuestión al extremo, corremos el riesgo de preocuparnos más por el parecer que por el ser. Por lo tanto, es bueno que prestes atención a estas cuestiones para evitar problemas. Al final, lo que realmente importa, más allá de cómo te vean los demás, es que tú te sientas en paz.
Conclusión
El ego como problema es muy poco aconsejable y, por lo tanto, vale la pena que lo tengamos equilibrado. ¿Quieres mejorar en tu proyección personal y sanar viejas heridas del pasado? En Emocodificación te puedo ayudar a hacerlo posible y a lograr lo que te propongas. No dejes de contactarme.