En artículos anteriores hablamos de lo poco conveniente que es contar con niveles elevados de estrés para ser felices. Ahora bien, sí existen determinados niveles de estrés que son aceptables e incluso saludables para conseguir aquello que una persona se proponga.
El estrés, como reacción adaptativa del organismo, busca que este se ponga en situación de lucha o huida. Si se utiliza como indicador, nos servirá para ver cuánto nos perturba una situación y, de esta manera, tomar decisiones responsables y maduras. Ahora bien, también es importante que tengas en cuenta que determinado entorno, como es el caso de las ciudades o algunas relaciones sociales, predispone a experimentar mayores niveles de estrés.
Es importante entender que el estrés no es, en ningún caso, un enemigo para el ser humano y toda la sintomatología que se deriva se concibe, en esencia, para proteger a la persona que lo padece. Si se ve desde esta perspectiva, y siempre que se mantenga en niveles aceptables, el estrés es un aliado porque permite afrontar nuevos desafíos y salir de la zona de confort en la que tendemos a estar. La Humanidad va evolucionando orgánicamente, pero sucede que las exigencias de la sociedad no lo hacen al mismo ritmo, de ahí que en ocasiones podamos identificar el estrés como un problema para nuestra felicidad.
Ahora bien, nada en exceso es bueno y, si se da el caso de sufrir niveles de estrés que impidan la actividad normal diaria, es conveniente pedir ayuda. Sí puede suceder que, como consecuencia de una sociedad muy competitiva y en la que todo va muy rápido, los individuos nos tengamos que adaptar a nuevas pautas. Ahora bien, también es verdad que, en muchos casos, las situaciones de estrés desembocan en problemas que impiden trabajar o vivir. Cuando esto sucede, el estrés sí se puede convertir en un enemigo. También exisen tipologías específicas como el TEPT (Trastorno de Estrés Postraumáutico) originadas por una experiencia traumática.
Conocer las causas que originan las inseguridades nos ayuda a superar los miedos, aunque no vamos a engañar a nadie: hay situaciones de estrés que solo van a reducirse con la experiencia vital, no hay otra. La dinámica es sencilla: romper la zona de confort saliendo de ella. Evidentemente, cuando pase un tiempo establecerás una nueva zona de confort pero lo cierto es que, hoy, la propia dinámica te va a obligar a reciclarte continuamente. Si no lo haces, tendrás problemas.
El diálogo permite identificar el momento y la causa que originó el problema de estrés, así como la libre expresión de la persona. Finalmente, la visualización de las geometrías sagradas como elemento de reequilibrio personal te ayudará a sanar el conflicto de forma exitosa. Nunca nos cansaremos de decirte esto: nosotros somos perfectos pero muchas veces nos olvidamos de ello.
En Emocodificación y Sanación Genética somos conscientes de la importancia de evitar que el estrés se desboque para que tengas el control de tu vida y seas feliz. Si crees que necesitas ayuda para empoderarte, estamos a tu disposición.