El Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es uno de los trastornos de ansiedad más habituales, aunque menos conocidos. Aquí damos pinceladas acerca de su naturaleza y de cómo aparece.
Qué es el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT)
El TEPT consiste, básicamente, en desarrollar un estado de alerta y ansiedad asociado a sucesos vividos en un pasado más o menos lejano (en ocasiones, varias décadas) y que se reviven. Algunos síntomas asociados son la hiperventilación, aumento de la presión arterial, aumento de las pulsaciones y una alteración en los flujos hormonales. Otras consecuencias palpables son las dificultades de concentración y del sueño. Y, si concretamos más, también hay que señalar problemas en la vida social y afectiva de las personas que experimentan el trastorno.
El TEPT, por otra parte, no se puede diagnosticar durante los primeros meses posteriores al suceso. En primer lugar, porque la persona no lo suele procesar y es común que tenga otros problemas asociados. Por otra parte, porque es necesario un periodo de tiempo para tomar la suficiente distancia y distinguir el TEPT de otros trastornos. Además, hay que señalar que la duración del TEPT es indeterminada y que, muchas veces, sus síntomas aparecen y desaparecen con cierta periodicidad.
Conocer los disparadores por los que se da el TEPT es sumamente importante para entender qué está sucediendo. Vale la pena, pues, tenerlos en cuenta.
Cómo aparece el TEPT
El TEPT aparece a raíz de que la persona haya vivido un suceso traumático e inesperado, ya sea en primera persona o que lo haya vivenciado. Hasta la fecha, no hay consenso sobre el poder que tienen los factores genéticos o neuronales. Los casos paradigmáticos más comunes que hacen de disparador son los siguientes:
- Agresiones: cuando una persona ha vivido una agresión traumática de cualquier tipo (de género, sexual, atracos, palizas) y que, además, era inesperada.
- Muerte: presenciar la muerte de una persona, si esta es inesperada, también puede generar una respuesta traumática. Esto es común en el caso de exmilitares, pero también de personas que han vivido guerras, catástrofes naturales o la muerte inesperada de un ser querido.
- Prisión o secuestros: es habitual entre los exconvictos que estos tengan TEPT. También suele suceder con aquellas personas que han vivido un secuestro.
- Accidente: esta es otra de las cuestiones que sirven de disparador. Quien ha tenido un accidente automovilístico, de avión o ferroviario, y ha sobrevivido, tiene más posibilidades de vivienciar de nuevo la situación.
La duración del TEPT es indeterminada y hay que señalar que, en algunos casos, los síntomas remiten por completo. En otros, en cambio, hay que monitorizar la situación para evitar brotes agresivos y que estos interfieran en la vida cotidiana de la persona.
Conclusión
Convivir con el estrés postraumático es complicado, pero es indudable que los buenos hábitos ayudan, y mucho, a mejorar tu calidad de vida. No en vano, en esto coinciden todos los profesionales de la salud. En Emocodificación te ayudo a empoderarte para que tomes las riendas de tu vida. ¡Contáctame!