San Valentín se ha instituido como día de los Enamorados, y no nos parece mal en absoluto que exista una fecha para recordar lo mucho que queremos a nuestra pareja. Sin embargo, quizás sea conveniente tener en cuenta que el amor es una planta que hay que regar todos los días.
La rutina, entendida no tanto como las obligaciones diarias sino como la dejadez ante nuestros deberes como pareja, es la principal enemiga del amor. Muchas veces no nos damos cuenta, pero perdemos la intimidad con nuestra compañera (o compañero), simplemente, porque nos hemos olvidado de lo necesario que es preguntarle cómo está o ser un apoyo. En ocasiones esta actitud se atribuye al fin de la fase de enamoramiento, pero la verdad es que resulta más compleja.
Por ejemplo, es verdad que, cuando pasa el enamoramiento, te das cuenta de que tu pareja también tiene defectos y que, incluso, algunos te sacan de quicio. Quizás el problema esté en no aceptar esta realidad nunca o aspirar a que la persona cambie. Puede que lo haga en algunos detalles puntuales, pero un ser humano va a ser esencialmente el mismo y aspirar a otra cosa es erróneo. De hecho, muchas parejas fracasan, precisamente, cuando se ha realizado una proyección errónea desde el principio y luego nos damos cuenta de que el otro no es como nosotros nos imaginábamos. Cuando sucede esto, hay una desilusión y las posibilidades de ruptura se multiplican. Lo que es peor, en parejas longevas puede haber un distanciamiento sutil pero creciente que, pasados los años, convierta a las personas en extraños a los ojos de su compañero.
Las obligaciones del día a día, sean hijos, trabajo o familiares, son un factor que puede empeorar la situación, pero muy raramente son el desencadenante y tener clara esta cuestión es fundamental. Si tú no tienes comunicación con tu pareja, no le eches la culpa a que trabajas muchas horas porque, si eres honesto, verás que, cuando la conociste, tenías una situación similar pero siempre buscabas tiempo para ella, aunque no lo tuvieras. Se trata, pues, de establecer claramente tu orden de prioridades y, si hay cariño, tu pareja ha de estar en primer lugar sobre otras cuestiones.
Por este motivo, cultivar el amor día a día es entender que tu pareja es imperfecta pero que estáis ahí para ayudaros en los momentos difíciles y ser un apoyo mutuo. Si tienes clara esta cuestión, todo será mucho más fácil. Aunque siempre será bonito tener esta fecha presente para hacer algo especial, sentirás que esto es por añadidura pero que no tienes impedimento ninguno.
Emocodificación y Sanación Genética es una herramienta de sanación que te ayuda a alinearte si tienes algún tipo de problema relacionado con la expresión de los afectos, ya sea con tu pareja o con otras personas. Si crees que puedes mejorar tu vida sentimental, pero necesitas algún tipo de apoyo, consúltanos y te daremos claves prácticas.