Si bien la depresión es un trastorno que tiene una explicación científica, no podemos obviar su dimensión holística y el mensaje que nuestro organismo pretende transmitir.
Por regla general, la depresión se genera por un detonante que podemos o no identificar. Puede ser la pérdida de un familiar, un desengaño amoroso, quedarse sin trabajo o romper con una amistad que para nosotros ha sido importante. En otros casos, no llegamos a saber qué es lo que desencadenó el cuadro, y hemos podido encontrar gente que estaba “aparentemente” bien.
En cualquier caso, un cuadro de depresión es la reacción que tiene el organismo ante un desequilibrio pronunciado. El cuerpo necesita generar determinadas sustancias y la persona no tiene ganas de salir o relacionarse con los demás. Si bien en el pasado estas situaciones eran relativamente infrecuentes, hoy no nos tiene que extrañar que la depresión esté considerada como la enfermedad de nuestros días.
A un nivel más profundo, tenemos que pensar que una depresión prolongada no responde tan solo a un estímulo biológico. Está comprobado que ciertos estados de bajón anímico se asocian a episodios puntuales complicados, pero cuando se prolongan durante varios meses e incluso años, es que algo más está pasando. Lo más habitual es que el detonante haya puesto encima una serie de problemas que se venían arrastrando de tiempo atrás y que, por lo tanto, han salido hacia fuera de golpe.
Cuando se da una depresión de este tipo, es una oportunidad para remover de arriba a abajo nuestra vida, en el sentido de priorizar lo realmente importante y hacer aquello que más nos gusta. Muchas personas, después de su depresión, han salido fortalecidas y, si bien en aquel momento tenían dudas sobre cómo encarar su existencia, a partir de ese momento se han disipado por completo. Personas que hoy tienen un ego equilibrado han tenido que pasar por estos procesos.
Sí es muy importante tener presente que la depresión se puede dar en todas las edades y estratos sociales, de manera que es una cuestión sobre la que no conviene banalizar. Si bien en el pasado se tendía a relativizar sus efectos, hoy existe un consenso generalizado en cuanto a la gravedad de sus efectos y, en consecuencia, a darle la importancia que tiene.
En Emocodificación y Sanación Genética te ayudamos en estos momentos difíciles a entender el origen de tu problema y sanarlo.