Aunque las Sagradas Escrituras ya hablaban de la influencia del comportamiento de los padres en los hijos y el psicoanálisis toma la socialización infantil como un elemento fundamental para la interpretación, lo cierto es que aún no somos totalmente conscientes de hasta qué punto la genealogía influye en nosotros.
Precisamente fue una persona que estudió psicoanálisis, Anne Ancelin, la que planteó esta realidad de forma más clara en su obra ¡Ay, mis ancestros!. Más allá de la genética, cuya relación ya está demostrada por la ciencia, había también una coincidencia o relación entre los patrones psicológicos de comportamiento de abuelos, padres, hijos y nietos que resultaba sorprendente.
Por ejemplo, un caso habitual es el de la persona que sufrió una injusticia importante que le hizo perder algo, como son las víctimas de asesinatos o abusos. Es común que el hijo o el nieto se dedique a una profesión de reparación, como puede ser policía, abogado, juez o fiscal. Se trata, pues, de buscar un equilibrio en el clan familiar. Algo similar pasa si ha habido hambre o escasez en una familia, con una presencia inusual de pasteleros o cocineros como compensación inconsciente.
Otro caso es el de la persona que ha sido manirrota y que traslada ese comportamiento, no a los hijos, sino a los nietos. La sabiduría popular nos dice que “de tal palo, tal astilla”, pero lo que llama la atención es que un nieto reproduzca los patrones de un abuelo al que ni siquiera conoció. Más sorprendente es, si cabe, cuando tenemos en cuenta que los padres, en muchas ocasiones, intentaron inculcar todo lo contrario a los hijos para que no repitiesen las acciones de los abuelos.
Como podemos ver, el inconsciente tiene una importancia grandísima, tanto a nivel individual como familiar. La impronta que nos han dejado los ancestros se reproduce y, si no somos conscientes de ello, podemos parecer las marionetas que representan una función teatral con un principio y final previsibles, guiadas por unos hilos invisibles. Así es como se siente una persona cuando ha tomado consciencia de la situación. La ventaja es que, cuando se conoce esta circunstancia, el interesado siente una liberación porque elimina un bagaje que no le pertenecía.
Por este motivo, el estudio del árbol genealógico con todas las variables que comporta es importante. Como principio general, recomendamos que una persona cuente con todas las fechas posibles e información que pueda, aunque también podemos decir que de la no información se extrae mucha información. Una vez que cuente con todo lo necesario, podrá tener su estudio pormenorizado que le dará claves acerca de sus patrones de conducta.
En Emocodificación y Sanación Genética el estudio del árbol genealógico es un ítem importante para conocer en detalle cuál es el problema de la persona, combinado con otras técnicas que nos permiten extraer información detallada. Si crees que te podemos ayudar, estamos a tu disposición para sanar aquellas heridas del alma que arrastras sin identificar el motivo.