Cambiar pautas de comportamiento es un reto porque tenemos que enfrentarnos a dos circunstancias limitantes. En primer lugar, la tendencia al caos de la materia, que obliga a estar pedaleando constantemente para no volver al estado originario de caos. En segundo lugar, aquellas situaciones que nos traen malos recuerdos y que, a corto plazo, no nos dejan avanzar.
En lo referente al primer caso, no hay mucho más que decir. Los seres humanos tendemos a estar instalados en una zona de confort y, cuanto menos hacemos, menos deseamos hacer. Esto lo podemos ver en detalles insignificantes como el sueño o las ganas de hacer cosas, pero si lo llevamos a un nivel macro, también es la excusa para adoptar hábitos nada sanos que no nos ayudan a ser felices.
En cuanto a las situaciones que nos traen malos recuerdos, estas pueden ser de varias clases y originarse en distintos momentos de la vida. Por un lado, están los traumas que hemos vivido y que nos han originado altas cantidades de estrés; por otra parte, aquellas situaciones que no hemos podido superar y que, por lo tanto, quedan como un fracaso en nuestra mente. Hay que decir que la impronta es mayor en niños o adolescentes, pero no por ello inexistente cuando llegamos a la edad adulta. Es fundamental recordar que cada persona vive las situaciones traumáticas de forma diferente y que, lo que para alguien es anecdótico, puede ser un casus belli para otros seres humanos.
Tener en cuenta las dos dimensiones es importante para tomar decisiones inteligentes que nos permitan hacer el cambio que necesitamos en nuestra vida. En primer lugar, y como principio general, conviene ser conscientes de la situación, identificarla y, a partir de ahí, buscar formas de mejorar. Indudablemente, si sentimos que estamos estancados, tendremos que cambiar determinados hábitos que ya no nos sirven para ser felices. Como principio general, es bueno no tener miedo porque, así, será todo mucho más fácil cuando afrontes el proceso.
Además, conviene que tengas en cuenta que, en determinados casos, puedes necesitar ayuda para realizar el cambio de hábitos. Tomar cuenta de esta cuestión es interesante porque t vas a empoderar y te sentirás mejor. No es cuestión de que cambiar porque sí, sino de variar aquellas cosas con las que no eres feliz. Es importante decir, y esto en ocasiones no se aclara lo suficiente, que una persona puede ser moderadamente feliz o tener áreas de su vida que funcionan pero preferir el cambio para mejorar en otros aspectos. La metamorfosis, tal como la entendemos aquí, es un cambio a mejor y no supone necesariamente dejar todo atrás, sino poner en valor determinadas cuestiones.
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